sábado, 18 de julio de 2015

Las Catacumbas

Las criptas de San Francisco, que han cobrado fama con el nombre de catacumbas por similitud con las romanas, son una serie de bóvedas subterráneas (debajo de las capillas de la iglesia), éstas se emplearon hasta principios del siglo XIX, y sirvieron de sepultura a miembros de cofradías y hermandades.

En su extenso recorrido se aprecia techos abovedados o planos unidos por pasajes y arcos de medio punto, construidas con ladrillo y cal y canto, en el piso de ellos se encuentran sepulcros rectangulares donde los féretros eran colocados unos sobre otros, separados por tierra y cal viva, para acelerar el proceso de descomposición, evitar epidemias y malos olores.

Durante todo el recorrido de las catacumbas se repite mucho la vista de cráneos, fémures, tibias y peronés, por lo que constituyen las partes más resistentes del cuerpo humano. Existen también pozos u osarios que tienen la finalidad de absorber las ondas sísmicas y cuya profundidad es de diez metros.

La construcción de las catacumbas franciscanas se desarrolla de acuerdo a la transformación de la iglesia. Así, antes del hundimiento del 4 de febrero de 1656, las bóvedas sepulcrales eran independientes e incomunicadas entre sí como en las demás iglesias limeñas, se hallaban bajo las naves laterales, cerradas y de propiedad de patrones y cofradías. Con la construcción de la nueva iglesia entre 1657-1672, se abrieron los cimientos de los pilares, se excavaron todo el sector central del crucero y de la nave central. Allí se fabricaron las nuevas sepulturas en recintos sobre los pilares, y dos largos corredores paralelos bajo la nave central, así mismo, comunicaron estos espacios con las antiguas bóvedas sepulcrales independientes de las capillas mediante la rotura de los muros y pasadizos. De esta manera, quedó conformado totalmente lleno el laberinto unificado de las catacumbas de San Francisco.
Referencia:
http://www.museocatacumbas.com/circuito/catacumbas/

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